martes, 17 de marzo de 2020

COVID-19 DIARIO DE UN ENCIERRO OBLIGADO-DÍA 4



Día 4: Lo que se nos viene encima 17 marzo 2020 (11409 infect., 510 fallecidos)


Nos dicen que es bueno hacer una rutina en este confinamiento, desempeñar una serie de actividades encadenadas para no caer en la tristeza, angustia o locura transitoria. Reconozco que suelo dejarme aconsejar por lo que los expertos nos recomiendan.

Si nos fijamos en el significado de la palabra rutina como hábito por hacer algo de manera repetitiva en una secuencia temporal, en un tiempo indeterminado, sin que sea necesario reflexionar sobre algo trascendente sino que va a formar parte de nuestra costumbre; sin duda nos va a llevar a otra palabra bien conocida como es aburrimiento. O sea vamos a tener una sensación de fastidio por el mecanismo de repetir en nuestro encierro, una actividad tras otra y la falta de diversión, nos va a llevar a dejar de interesarnos  por hacer algo diferente que nos saque, de esto que nos ha sobrevenido y la emoción de hacer algo nuevo puede quedarnos anulada.

La mayoría de mis actividades, que he hecho hasta hace cuatro días, son una rutina, y esos hábitos diarios, en mi caso, no son sinónimos de abulia o apatía, no constituyen un gran peso sino que son un positivo trajín  que me mantiene viva. Así que estos días hago mi rutina con más empeño, sin caer en la dejadez, desidia o pereza. ¡Bueno, nada que se salga de lo común tampoco! Nos hacen tanto hincapié en que nos activemos que al final si uno no lo hace de forma pragmática o positiva, animoso o motivado, con unas ganas locas de afrontar la situación, deba ser un desconsiderado, incorrecto o incluso incívico.

 Reconozco que me gusta mi trabajo, soy de esa clase de personas que podría trabajar más horas de las que invierto diariamente y que cuando se habla de la jubilación tuerzo la cara. Me considero organizada y el tiempo que tengo libre me encanta llenarlo con actividades extraescolares, debe ser porque cuando era pequeña no existían y desde luego ahora hay tanta oferta que te puede llegar a dar pena elegir una y no otra.

Así que una vez cumplidas parte de las rutinas diarias de este confinamiento, he dedicado un par de horas a  mis mayores. A ellas, a las mujeres de mi familia que viven lejos de donde yo estoy. La media de su edad está en 85 años. Viven solas, están viudas.  Confieso que a mí me costaría mucho pasar tanto tiempo encerrada sin compañía o con puntuales contactos físicos. Son grupo de riesgo, pero no tienen miedo a morir. Personalmente creo que el gran riesgo que van a empezar a correr es sentirse amenazadas por las cuatro paredes de su casa y con interlocutores unidireccionales como la televisión, la radio o las más intrépidas, usando redes sociales como whatsapp no va a llegar para sacarlas de su aburrimiento y soledad de este encierro obligado. Va a ser costoso que no caigan en la melancolía o en la nostalgia  de otros momentos de su pasado. Es difícil que ellas se pongan a hacer una tabla de gimnasia o que se inventen juegos para darse ánimos o que quieran estudiar una lengua nueva. No están motivadas para ese aprendizaje, ni sus cabezas están ya para emprender nuevas tareas. Sin embargo tengo que decir que su entusiasmo me sorprende y me han enseñado que es posible ser positivo en estos momentos tan extraños. Mi madre me dice muy entusiasmada que el pasillo de su casa le sirve de pista de atletismo y que puede hacer hasta 10k andando. Mi suegra se afana en un cambio de decoración  en el salón de su casa y me convence de que es buen momento para cambiar las cortinas o mi tía me cuenta que está preparando las macetas de su terraza para que las flores salgan en primavera.  Me emocionan con sus palabras. Son las tres maravillosas y me están dando un buen ejemplo de entereza y tranquilidad.
Hoy mi gesto solidario, (el que hacemos todos los días aplaudiendo a los nuestros héroes sanitarios, policías, taxistas, empleados de supermercados, etc.) va a ser para Ellas. Para mis tres excepcionales Mujeres. Mi agradecimiento por su integridad y serenidad al afrontar esta situación de clausura. 

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