miércoles, 25 de marzo de 2020

COVID-19 DIARIO DE UN ENCIERRO OBLIGADO-DÍA 12




Día 12: Un Skype molto particolare  25 marzo 2020 (47610 infectados, 3434 fallecidos)


*Coronavirus:  virus de la familia coronaviridae, con cápside helicoidal y envoltura (75-160nm). Recibe el nombre de corona debido a las espículas o proyecciones causadas por las glucoproteínas de la envoltura, que le proporcionan un aspecto semejante a una corona en las imágenes al microscopio electrónico. Diccionario médico C. U. N.
*Covid-19 acrónimo del inglés coronavirus disease 2019 detectado por primera vez en la ciudad China de Wuhan en diciembre de 2019.  25/03/2020 https://es.wikipedia.org/wiki/COVID-19



Esta mañana me he puesto en contacto con Ilaria, "Ila para mí", está confinada en Verona y aunque nos hemos comunicado con mensajes a través del Whatsapp, hoy he preferido contactar por Skype con ella, al ver las estadísticas de la propagación del virus en Italia. Veo en su cara la desesperación de los que lo están pasando realmente mal, llevan tres semanas confinados y no hay manera de parar la curva de fallecimientos. La falta de medios sanitarios hace que todo se complique y la situación es de consternación general. Han entrado en modo pánico, casi como aquí. Me dice que además de la falta de material, empieza a enfermar el personal médico y la situación ya no es de miedo sin no de pavor. "Las cifras de contagio no acaban de disminuir y ya no sabemos que más hacer para no contagiarnos". Le corroboro que lo mismo está pasando en España, pero con algunos días de retraso. No tenemos más tema de conversación que el maldito Covid-19 y nos hemos puesto a hablar de los EPI como si se tratara de dos profesionales expertas en el manejo de esa indumentaria. Ila me recuerda la importancia de los DPI, las dos sabemos de lo que estamos hablando, por supuesto de los "Dispositivi di protezione individuale" y como un concurso de, "quién responde más rápidamente", decimos, casi sin respirar, a la vez "donde comprarlos, cómo se ponen, cómo se quitan, dónde reciclarlos, cuántos necesitamos por día, tallas, texturas, nivel de grosor o colores". Tengo que reconocer que antes de toda esta vorágine de términos, jamás había utilizado esas siglas para referirme a la vestimenta de "protección individual" de nuestros profesionales sanitarios. Yo  los llamo "buzos o monos" y ahora que no paramos de hablar de ellos, me he acordado, que tengo un par en el garaje. Compré un paquete con dos "monos" de color blanco, en la ferretería. Lo hice por si fumigaba las malas hierbas del jardín. Aún están empaquetados y creo que lo más conveniente es que "estrene mis EPIs" para salir a la compra. En un par de días voy a ir al "Super" y cuando me despida de los míos les diré "me pongo el EPI, tranquilos salgo a comprar".
Hago bromas con Ila, el humor es bueno para calmar el sufrimiento y el miedo. Nos reímos de tonterías para seguir adelante. Parecemos dos “sabiondas” compitiendo por demostrar el incremento de nuestro vocabulario médico. Así que lo que es lenguaje coloquial como mascarillas, guantes, batas, calzas o gafas y haciéndome un poco la interesante, lo convierto en registro culto cuando le digo: “si te encuentras mal con fiebre, tos o dolor de garganta no olvides ir primero a la zona de Triaje”.  Yo misma me sorprendo de lo bien que manejo el lenguaje científico, lo entiendo claramente. Estos días he leído algún artículo de investigación sobre el coronavirus y todo controlado. En otras circunstancias al escuchar esa palabra hubiera fruncido el ceño y casi con toda certeza hubiera dicho: ¿¡Perdona, qué has dicho!? Pero en estos momentos obviamente no.
Cuando le hablo a Ila de decalaje haciendo referencia a los ajustes necesarios entre pacientes y médicos al llegar al hospital. Ella me responde con lo que le viene a la cabeza “guanti, quarantena, portadore tosse e scoppio”. Le contesto de inmediato que  necesitamos con urgencia “respiradores, que los inhaladores solo son para casos leves” y ella no deja de repetirme “sintomi, macarilla, dispnea y pneumotorace” aun así le digo hay demasiados “ingresos”, las “altas” son escasas, mucha gente “infectada”, es ya una “pandemia”. Me responde que el “isolamento” se le hace duro, está sola y aunque se evade con el “telelavoro” necesita pisar la calle, ver a su familia, a sus amigos, volver a su trabajo, recobrar la calma y que no todo sea a través del “schermo del computer o del cellulare”.
Bueno Ila, hablemos de otra cosa para cambiar de tema, “¿tenías idea de donde estaba Wuhan, sabías que pertenecía a la provincia de Hubei?”. Nos “tiramos” más de media hora hablando de la ciudad China y de su región como si la hubiéramos visitado días antes.  Cualquiera que nos ollera pensaría de nosotras, que pasamos largas temporadas allí. Después de un buen rato dispersando nuestras cabezas y divagando con alguna tontería, nos hemos despedido cada una con la canción con la que combatir el decaimiento diario. Esa canción que nos levanta el ánimo, que nos hace fuertes y que nos  convence de que saldremos adelante a pesar “de la que está cayendo ahí fuera”. Cuando oigo su canción me conmuevo, la hago mía y canto con Ombretta Colli “Facciamo finta che, tutto va ben tutto va ben…” cuando le pongo, a todo volumen, mi canción, ella la hace suya y canta con el Dúo Dinámico “Resistiré, erguido frente a todo…”.

Mi aplauso de las 8 de la tarde se lo dedico a todos los italianos, que como Ila, están luchando para salir de esta pandemia. ( Hoy en Italia 74386 infectados, fallecimientos 7503, curados 9362).

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