jueves, 23 de junio de 2016

COMO TRAZOS EN EL LIENZO: ÚLTIMOS TRAZOS (y 8)

                 XVI
El lienzo: últimos trazos

Sentada en el escaño del largo pasillo
oigo los sonidos que la madera recoge,
la pisada hueca del que llega
se amortigua con la manta tupida
del color de la lana.

Y la golondrina regresa
y el sol luminoso calienta
la madera helada del invierno.

Otra vez el campo
se vuelve tomillo,
surge la textura del brezo,
el olor a jaras con el rocío fresco.

La piedra dilata
el volumen del barro,
la teja opaca restalla
el rojizo de su curvatura.

Ya las ventanas se abren,
la temperatura cálida de las eras
se transmite con ligeras sensaciones,
en los trazos hábiles de mi mano,
sobre el lienzo que el caballete soporta.

Ya se mezclan los colores de la tierra,
se convierten en entramadas alfombras,
hechas con el empeño de la estación nueva.

Recojo mis pinceles,
mi paleta, mis pinturas,
ordeno los tejidos del lino
esparcidos por el suelo
y dejo que este último lienzo

seque sus trazos…

COMO TRAZOS EN EL LIENZO (7)

           XIII
       Regreso

Desde la loma del Valle
veo los tallos hendidos del centeno;
al fondo del paisaje
la voz rota de la Sierra
gime su nieve fría.

Oigo el balbuceo
de los que pasean el camino,
su saludo lejano
reconoce mi llegada.

Mis manos se hunde en el barro,
se rozan con las piedras.
Una ligera brisa trae el aroma
que evoca al trigo
mover su pelo lacio.

Atisbo ese Horizonte imaginario
entre la luminosidad
y la tierra áspera.

El corazón ahora palpita,
se derrite en sensaciones
visuales y auditivas,
táctiles y olorosas.

Es entonces cuando sé
que he regresado…


                XIV
     Dos Cigüeñas

Dos cigüeñas se acercan
con vuelo solemne y tranquilo
hacia el  cubículo
que dejaron en el estío.
Su nido, el del Chopo,
recoge la nieve
de los copos del invierno.
Los niños gritan:
¡las cigüeñas han llegado!

Desde los ventanales empañados
por la frialdad de la madrugada,
observo su frágil movimiento.
Se posan sobre el entramado de palos,
se instalan con ritmo lento,
reconocen el territorio.
Una mañana de enero
con los tonos fríos de la estepa,
los niños gritan:
¡ las cigüeñas han llegado!


                     XV
  Esperando tu llegada

No reconozco las palabras
del reloj que suena en la noche.
El ir y venir del péndulo
me produce desamparo.
En el sigilo de la oscuridad
nada me cobija.
Se agudizan los sentidos
en este universo
que sucumbe a la última luz que se agota.
Quiero soñar
con la imagen que el espejo refleja.
Una cortina de espesas nubes
cierra mis párpados.
Las horas avanzan
y yo sigo sin dormir nada.
Taciturna en el crepúsculo

de mi interior, espero tu llegada.

martes, 21 de junio de 2016

COMO TRAZOS EN EL LIENZO (6)

                     XI
   Se queda triste la tarde

Se queda triste la tarde
allí donde la sombra apaga tus sentidos,
aquello que he vivido
se ha desvanecido en un sueño
que la imaginación recuerda.

No puedo tocar el pasado…
No puedo llegar al futuro…
El espino, el serbal, el saúco
habrán empezado a tapizar
las piedras de tu camino.

Mis ojos ya no ven nada
ni siquiera el barro de tus entrañas,
no hay ocres, ni tierras
ni amarillos, ni marrones.

En la lejanía de tu otoño,
esperas el regreso de mi tormenta,
que no es lluvia,
que no es frío…
Es tan sólo temperamento.


                XII
     Se han ido…

Se han ido los pájaros
de las ramas del Negrillo.
El sol enfría “los lugares”
que ahora se aletargan,
se vuelven pálidos,
enmudecen.

Fumillélamo se desploma en la noche,
el silencio cae sobre la picota,
son las nubes las que descargan barro
en el camino del Fuello.

Un viento de luz otoñal
reseca las mejillas del pueblo,
que huele a humo
de madera recién cortada.

Ya no murmuran los pájaros,
Ya nadie oye nada.
Se han ido con su vocerío,
nos han dejado sin estridencia, 
abandonados, desvalidos…

…Indefensos...

sábado, 11 de junio de 2016

COMO TRAZOS EN EL LIENZO (5)

            IX
        Piedra

Sal de la piedra
que lima el tiempo de la estancia.

Los rayos iluminan
la tarde soporífera.

La lluvia empapa el suelo,
humedece el salitre que te mina.

A lo lejos un  claro de luz
seca las huellas del pasado.

Sal de la piedra
que continúa su curso.

Te redondea,
te convierte en arena.

Con los años,
a veces te deja…


                 X
    A los que habitaron la casa

En la cocina vieja
ahúma el fuego encendido,
el frío se acerca
a una tarde tímida de otoño.
Dentro el calor enrojece tus mejillas,
sentado en el escaño
descansas el sueño de la noche.
Ella prepara las "trébedes"
mueve el cobre, te habla;
al levantar tus ojos,
tus arrugas se pliegan
atizando el rescoldo de las cenizas.
Un año y muchos años más,
y aún más años el adobe se marchita,
en su caída, el recuerdo del olor rancio,
se rompe y el olvido de lo vuestro
se convierte en el recuerdo del silencio.


domingo, 5 de junio de 2016

COMO TRAZOS EN EL LIENZO (4)

            VII
       Petunias

Las petunias de mi corral
son como el empedrado
que un día hundió el carro.

Son blancas,
son rojas.

El agua de la fuente
las mantiene vivas,
como las piedras
mientras hay ganado.

Son azules,
son violetas.

Después de mi ausencia
se secan, se marchitan,
se vuelven marrones;
como los cantos rodados
se rompen…
Son blancas, son rojas,
son violetas y azules.
Son, marrones.


              VIII
       La casa

¡Qué harás tú
cuando nos vayamos!
El silencio de nuestras voces
marcará el ritmo de tus sonidos,
el ruido que hicimos
será sólo un eco entre tus paredes.
Callada, encerrada en tu interior,
oscura, a la vez luminosa,
te quedarás Sola
con nuestro recuerdo…
¡Qué harás tú aquí
sin nosotros!
La espera se te hará larga,
a lo lejos oirás susurros,
querrás abrir las aldabas
en medio de tu noche.
Te quedarás ausente con la voz
de tus sonidos.
Tan sólo cuando el polvo
cubra tus maderas, y casi seamos el olvido.
Una tarde oscurecida,
abriremos tus puertas
y volverás a recuperar el tono de tu energía.